Sarau de poesía
Velada poética
Jueves 20 de diciembre, 20:30 horas.
Bar El Coruñés
Maldonado, esq. Wilson Ferreira Aldunate (Ex Río Branco).
Leerán sus poemas:
María Laura Blanco
Daniel Veloso
Alicia Cuello
Camila Tejera
Gelhal Altai
Con la participación del guitarrista Ariel Vidal.
Musicalización de poemas del libro El aljibe y otros poemas de amor y desamor, de Daniel Veloso, recientemente publicado por Editorial Yaugurú.
Además, se leerán poemas de:
Ronald Augusto (Brasil)
Jeannine Pitas (EE.UU.)
Wladimir Cazé (Brasil)
Francisco “Pancho” Robles (Chile)
La palabra en lengua portuguesa, sarau, deriva del latín y hace referencia al atardecer, es decir, reunión que se hace luego de la caída del sol, para oír música, conversar o bailar. En Brasil se llama así a una reunión nocturna, de finalidad literaria.
Como saben, el jueves 20 de diciembre de 2018 estaremos en el bar El Coruñés haciendo un sarau poético para todos nuestros amigos.
Para que vayan conociendo a los poetas que van a leer esa noche, y a los poetas de Brasil, Chile y Estados Unidos a los que les leeremos sus poemas, para que de esa forma participen del sarau y estén un poco más cerca de nosotros, iremos publicando breves reseñas de ellos, así como sus poemas. En el caso de nuestros amigos de Brasil y Estados Unidos, publicaremos sus poemas en sus lenguas originales, y a continuación la traducción al español.
Gracias por leer.
Jeannine Marie Pitas
Jeannine es poeta, escritora, profesora de literatura y traductora. Vive en Dubuque, Iowa, donde enseña en la Universidad de Dubuque.
Ha visitado Uruguay varias veces. La primera de ellas fue en 2006 para realizar su investigación sobre la poeta Marosa di Giorgio. De la poeta salteña tradujo al inglés “Historial de las violetas”. Su tesis trató sobre Delmira Agustini, la poeta argentina Alejandra Pizarnick y Marosa di Giorgio. En 2013 regresó a Salto para continuar investigando sobre la vida de Marosa. En esa oportunidad fue entrevistada por el diario El Pueblo.
Entrevista que le realizara a Janina el diario salteño El pueblo.
En agosto de 2017 la editorial Ugly Duckling Presse publicó una edición bilingüe de cuatro libros de di Giorgio, conteniendo las ediciones originales y la traducción al inglés de Jeannine M. Pitas. Bajo el título "I Remember nightfall" (Yo recuerdo el atardecer), esta edición incluye los poemarios Historial de las violetas, Magnolia, La guerra de los huertos y Está en llamas el jardín natal.
Ese volumen llegó a ser finalista del Premio Nacional de Traducción en los EE.UU.
Incluimos un artículo sobre esta edición bilingüe de cuatro libros de Marosa di Giorgio. Ver nota...
Cuando éramos humanos
Cuando vivíamos en casas como libros que se alineaban en los estantes de la biblioteca de Borges.
Cuando cada una de nuestras historias era una hagiografía en la enciclopedia de los santos.
Cuando estábamos sentados alrededor de las mesas de la cocina bebiendo té, las palabras flotaban de nuestros labios como
mariposas con enormes volutas.
Cuando desenredamos ese pergamino y aún entendíamos la extraña cursiva
letras que se movían y fluían como gusanos debajo de la tierra.
Cuando sacamos nuestras cabezas por las lentas ventanas del tren. Debajo de nosotros, los rieles
cantaban.
Cuando nos perdimos en un bosque de coníferas, cuando nos equivocamos y terminamos en el siguiente pueblo.
Cuando tomamos fotos de avispas, también estaban hechas de luz.
Cuando vimos la lluvia caer suavemente sobre los hongos.
Cuando pasamos sobre piedras mojadas en el bosque oscuro, cuando buscamos estrellas en
la niebla.
Cuando el zumbido de los mosquitos era todavía la oración más sagrada.
Cuando las venas de nuestras manos aún eran raíces, y flores brotaban de ellas como nosotros
nos hicimos viejos
Ahora
Ahora que sabemos que todo movimiento es rotación.
Ahora que estamos tan inmóviles como las estrellas.
Ahora que buscamos fósiles de amonita en los pisos de mármol de los centros comerciales,
llegando a tocar la espiral de la galaxia, sintiendo solo grietas.
Ahora que no nos arrodillamos en las piedras al borde del río ni lo miramos desde los
altos riscos.
Ahora que nunca nos detendríamos a acariciar las escamas de una serpiente de bosque.
Ahora que no nos levantamos para rezar el Ángelus al mediodía, y nuestras voces ya no llegan
a tocarse como dos manos en oración.
Ahora que todos nuestros lenguajes han convergido en una sola palabra que repetimos
una y otra vez.
Se dice que no hemos cambiado.
Se nos dice que somos como siempre fuimos.
En todo caso, ahora somos más grandes, más cerca de los ángeles a los que una vez oramos.
Se nos dice que debemos estar agradecidos, ya que nos alejamos de ahora en adelante.
Se nos dice que todavía somos humanos.
Pero no lo creo.
J.M.P.
Traducción: D.V.
When We Were Human
When we lived in houses like books lining the shelves of Borges’ library.
When each of our stories was a hagiography in the encyclopaedia of saints.
When we sat around kitchen tables sipping tea, words floating from our lips like
butterflies bearing enormous scrolls.
When we unravelled that parchment and still understood the strange cursive
letters that moved and flowed like worms beneath the earth.
When we stuck our heads out the slow train’s windows. Beneath us, the rails were
singing.
When we got lost in a forest of conifers, when we made a wrong turn and ended up in the next town.
When we took pictures of wasps, for they too were made of light.
When we watched the rain falling gently on mushrooms.
When we stepped over wet stones in the dark forest, when we searched for stars in
the mist.
When the hum of mosquitoes was still the holiest prayer.
When the veins of our hands were still roots, and flowers sprouted from them as
we grew old.
Now –
Now that we know all movement is rotation.
Now that we are as motionless as stars.
Now that we search for ammonite fossils in the marble floors of shopping malls,
reaching to touch the galaxy’s spiral, feeling only cracks.
Now that we neither kneel on pebbles at the river’s edge nor stare down at it from
high crags.
Now that we would never stop to stroke the scales of a forest snake.
Now that we don’t stand up to pray the Angelus at noon, and our voices no longer
touch each other like folded hands.
Now that all our languages have converged into a single word which we repeat
again and again.
It is said that we have not changed.
We are told that we are as we always were.
If anything, we are greater now, closer to the angels we once prayed to.
We are told that we should be grateful, as we drift from now to now.
We are told that we are still human.
But I don’t believe it.
J.M.P.
María está llegando
Se dice
que ella fue recibida en el cielo.
Inmortal, de pie en la luna,
fue coronada con doce estrellas.
Pero hoy en Roma yo puedo verla
rogando fuera de las iglesias de piedra
que sostienen su estatua.
En Jordania duerme en un campo de refugiados,
invita a los vecinos a tomar el té,
graba un video de sus hijos jugando al fútbol
(ella ha oído que en occidente
gustan hacer ese tipo de cosas).
En el valle de San Fernando
ella se inclina para cosechar uvas,
ella corta ajos y obtiene la mitad
del salario que le prometieron.
En México vende encaje
y le dice a cualquiera que la escuche
que cuatro de sus hijos
han desaparecido en Veracruz.
En Iowa, ella barre el piso en un Walmart
después de que los otros trabajadores se han ido.
Antes de eso, ella trabajaba en un criadero de pollos.
Su tarea: matar a los pollitos machos.
Ella, que una vez que logró esquivar
las flechas más agudas de la plaga
ahora ayuda a recostarse a los moribundos de SIDA
en una aldea de Kenia.
A veces ella sale en las noticias
cuando su balsa se hunde en el Mediterráneo,
pero pasa desapercibida
cuando la venden como esclava,
muere en el parto,
o camina todo un día para buscar agua
y encuentra el pozo seco.
Una y otra vez
su hijo se ofrece a elevarla,
adornarla con un azul real,
un último y glorioso misterio.
Una y otra vez
ella sacude la cabeza
se saca la diadema,
toma su mantilla
y abriga a un niño.
J.M.P.
Traducción: D.V.
Mary Comes Down
It is said
she was assumed into heaven.
Deathless, she stood on the moon,
was crowned with twelve stars.
But today in Rome I see her
begging outside the stone churches
that hold her statue.
In Jordan she sleeps in a refugee camp,
invites neighbors for tea,
shoots a film of her kids' pick-up soccer games –
(she's heard that in the West
they like this sort of thing).
In the San Fernando valley
she bends to harvest grapes,
she cuts garlic and gets half
the wages she was promised.
In Mexico she sells lace
and tells anyone who will listen
that four of her sons
have disappeared from Veracruz.
In Iowa, she sweeps the floor at Walmart
after the other workers have left.
Before this, she worked in a slaughterhouse.
Her task: to kill the male chicks.
She who once deflected
the Plague's sharpest arrows
now tends to those dying of AIDS
in a Kenyan village.
Sometimes she makes the news
when her raft capsizes on the Mediterranean,
but it goes unnoticed
when she is sold into slavery,
dies in childbirth,
walks for a day to fetch water,
and finds the well dry.
Again and again
her son offers to raise her,
adorn her in royal blue,
a final glorious mystery.
Again and again
she shakes her head,
gives the diadem back,
casts off her mantel
to cover a child
J.M.P.
Gelhal Altai
Gelhal nació de la unión de una doctora de Baltasar Brum, Artigas, y de un doctor iraquí, allá en la lejana y perdida en el tiempo, Unión Soviética. Vio la luz del sol en Uruguay, y por lo tanto es uruguayo, pero por poco no fue soviético, una nacionalidad que ya no existe y que no participa de los mundiales de fútbol. Así que es mejor que haya nacido aquí en el sur.
Del signo de los tercos jabalíes de hierro, posee la sensibilidad y el gusto por lo lúdico, cualidades necesarias para escribir poesía. Ilustrado, voraz consumidor de conocimiento, amante del frío invierno montevideano, este es Gelhal. Y sus poemas hablan muy bien de estas tres características, y de muchas otras, que allí están, en sus versos, para el que las quiera descubrir. Salam.
¿Entendés este juego?
La primera vez
que presencié un partido
de fútbol
en tribuna
fue en el
Estadio Centenario,
Año 1978
tenía 6 años
sabía poco y nada
sobre las reglas.
Fui con mi abuelo,
bolsilludo visceral,
pero era el juego
lo que le hechizaba,
más allá de su cuadro.
“El fútbol es un ballet” decía
Ese primer partido
fue Peñarol - Wanderers.
Tribuna Olímpica
Art Decó
Sol de otoño
observo todo
fascinado
intento no dejar
escapar detalle
hasta que
Antes de salir
jueces
jugadores
el público
todo
ve
trotando
tropezando
con impecable
torpeza
a tres o cuatro personas
sin protocolo
empujando
un FIAT 600 rojo
intentan llevarlo
al círculo central
del campo
Por altavoces
anuncian el sorteo
del FIAT 600
brillante
hermoso
rojo
Parece flotar
sobre el pasto
verde y plano
años después
supe
que el rojo
y el verde
son opuestos
claro que ese
fantástico fitito
debía flotar.
las camisetas
y colores
de los cuadros
eran iguales
en todo
excepto
el amarillo en Peñarol y
el blanco en Wanderers.
Cuando un jugador
le pegaba a la pelota,
el sonido aparecía
un instante después.
Le dije eso
a mi abuelo
allí
en ese momento
supe sobre la velocidad del sonido
y la velocidad de la luz.
Yo suponía
que los jugadores
debían meter la pelota en el arco
de su propio arquero.
No sé porqué
No sé qué pasó
a mi derecha
sentada
viendo el partido
una anciana
sola
como una viejita
de los dibujitos
con formato de
manzana sospechosa
¿Entendés este juego? me preguntó
No mucho
dije
Los de amarillo
tienen que meter la pelota
en el arco de los de blanco
y los de blanco tienen
que meter la pelota en el arco
de los amarillos
los señores abajo del arco
pueden usar las manos
para manejar la pelota
son los arqueros
el equipo que meta
más pelotas en el arco gana
se llaman goles
me dijo
Quedé fascinado
de por vida.
Carnaval
Aire espeso
lleno de portland
avenidas
mal iluminadas
flota la esencia
de la grasa quemada
el desorden
aceptado.
Diviso la luna
gigante
en el cielo negro
de enero
cuando nadie la ve.
Viejos y jóvenes
hablan
el mismo idioma
Hombres
de más de cincuenta años
deambulan
con un cigarrillo
colgando de sus labios
arrastrando
frustraciones
con sus vientres
desproporcionados.
Mujeres de todas las edades
dominan
el panorama
le dan sentido
al espectáculo
demasiado informal
opaco.
Aire decadente
lleno de risas
improvisadas
y cervezas
en vasos de plástico…
Atrasos permanentes
alegría simple
alegría castaña
negra…
verde…
Allí la gente
se encuentra
a sí misma
y escapa
del dolor
Y el mar
está lejos
y el invierno
está lejos
de mí...
Ritmo
Apago, envuelvo,
Lo adorno y toso.
Me arrastro,
typeo, doy sermones
y titubeo,
Domino dormido
juego conmigo,
Alardeo,
me estreno,
me miento
y me jacto,
Lejos de todos…
en la oscuridad
Vigilo
el espacio vacío,
Electricidad volátil,
Y superflua,
Aprendo,
Duele profundo,
Lejos de todos…
con la oscuridad
Elijo cierto recodo,
Patino, no hago pie
Y caigo
con todo el peso
específico
una vez más.
Pero tomo impulso,
Una vez más…
Ventajas, desventajas
Ventajas, desventajas,
vino español barato
en la garúa del verano.
Sonidos de alarmas a lo lejos,
pero no demasiado lejos...
Zapatos desvencijados
la TV vacía
el alma vacía
los ojos vacíos
aburridos
de si mismos
palabras sin sentido
demasiada levadura y poca cocción
Cuadros de viejos pintores
historias sin terminar
contracturas a flor de piel
mecanismos del instinto
disparos al cielo azul
Árboles agitándose
en el horizonte
Mas allá
de mil ventanas mal iluminadas
taladrando el tiempo
lamiendo el viento
afilando su eternidad
delante de mis ojos viejos
que merodean
escudriñan
tapizan
el espacio
brevemente gris
que me separa
de lo esencial...
G.A.
Wladimir Cazé
Wladimir Cazé nació en Petrolina, ciudad del estado de Pernambuco, Brasil. Desde 2009 vive en Vitória, capital del estado de Espíritu Santo. Es graduado en periodismo. También obtuvo una maestría en Letras con una investigación sobre traducción literaria y ficción argentina. Publicó los poemarios “Microafetos” (2005) y “Macromundo” (2010). Su tercer libro, "Minividas", será presentado el 20 de diciembre de 2018, en Vitória.
Para conocer más sobre el trabajo y la obra de Wladimir Cazé pueden ingresar a su blog:
Macromundo.
GENERACIÓN
Descansa el incendio
dentro del huevo.
Una fénix en reposo.
Crepúsculo inmaduro.
Pared desnuda.
Paisaje en la paleta.
Raíz probeta.
La planta todavía
está en su pétalo.
Plumas innatas
de ave en su cáscara.
Una flama intacta.
MIGRACIÓN
Serpiente parecida
a una raíz escondida
escoje el trámite.
Sirve de comer tierra,
para no sentir dolor.
MUJER SOBRE LA TIERRA
La mujer bajo el prisma
de la jaula de flores
no canturrea fugas.
A pesar de tener plumas
no tiene alas, sus dedos
dispensan miedos.
Pero su rostro se colorea,
esfera encendida:
dejar de estar presa.
Sentada en su silla
que ahora gana ruedas,
el sol le abre las puertas.
(Versiones en español por Antonio Barreto y Paula Ruth)
...
GAVIOTA
Aunque ella vuele
por calles y playas
de tantas ciudades,
atraviese los valles
muy lejos de aquí
y vuelva al mar sólo a la noche,
gaviota chistosa
ve sólo los mapas.
(Versión en español por Guilherme Darisbo)
...
Muro de las lamentaciones.
Hay que subir a la piedra
para poder pagar con rezos
cargando la cruz
y resbalar en el fango.
Quien puede, reclama
la falta que hace
un poco de luz.
...
PORVENIR
Haz centinela en la noche
para sorprender
cada nacimiento
de blanda estrella.
Atalaya las solicitudes
para no perderse
el aparecimiento
de lo que no había:
la nueva fruta,
hecha en el futuro
para el paladar
animal inmaduro.
Guarda el detalle
que no pulsa todavía
en la esquina del ojo
en el fondo de la retina.
Y acecha la fuente
a la luz de un día:
corazón del tiempo
guardando el grano vecino.
Ante el menor
movimiento o rumor,
es necesario estar alerta.
Vigilante.
(versiones en español por Jaime José Blanca Ramos)
Los dos últimos poemas pertenecen al libro Macromundo.
Camila Tejera
Camila proviene de los campos canarios de Santa Rosa. Es “disfrutante” de la Literatura, en otras palabras, estudiante de la asignatura en CERP del Sur, Atlántida.
Fanática de la Literatura Española, con agudas adoraciones a las letras de nuestra tierra. Apasionada de las tardes campestres junto los acordes de Lea Bensasson y la brisa de algún libro. Sus lecturas favoritas zigzaguean entre Federico García Lorca, Andrea Blanqué y Julio Herrera y Reissig. Considera que el mundo tiene muchas temáticas urgentes que tratar y que la poesía es uno de los mejores vestidos para comunicar.
LOS
CINCO DISPAROS, DOS ACERTADOS.
Del
otro lado, siempre del otro lado.
Te
seduce el delito, amante criminal.
Frialdad,
cálculos… hielas las medidas del amor
¡Pum!
-Disparo-
Amor:
palabra prohibida.
“No
hagas esto personal”
Tú, mi
lado opuesto.
¡Pum!
-Disparo-
No es
de nadie. No necesita mitades.
¿Qué
hacemos con la división?
Dime,
gélida metalista
Llegué
tarde a la repartición de bienes.
¡Pum!
-Disparo-
No es
inversión. No necesita divisiones.
¿Por
qué soy tu rehén?
Cometes
el delito para que yo te espose.
Maliciosa
en modo de persecución.
¡Zaz!
-Coloca
silenciador-
Susurra
mientras retira mi mordaza: “¿por matarte esas ganas me darán prisión?”
Ruido
de sirenas que irritan la oscuridad.
Pum,
grito.
-Disparo
final acertado-
La
prófuga detuvo las arritmias.
La
prófuga dictaminó final para mis latidos.
La
prófuga fue juez… me ha silenciado.
“No
soy juez, te entregaste para dar sentencia,
y
ya me habían diagnosticado demencia.
No
quisiste ser mi medicina,
entonces
soy tu veneno.” -Manifestaba la homicida con una carcajada
fúnebre
mientras
palpaba buscando indicios de libertad en mi tibio y
singular cadáver.
¡Pum!
-Disparo
letal-
Final.
Plurales cadáveres.
MIRA
CÓMO SE PONE ESE LOBO HAMBRIENTO.
Mis
sueños en números rojos
¿por
qué arremetes por la espalda
mirándome
a los ojos?
Mis
sollozantes pupilas,
mi
desconsuelo te acrecienta.
Solo
existe tu voluntad.
Me
atrapaste como presa
fui el
blanco de tu iniquidad
olvidaste
tu humanidad
en ti
prevalece lo animal.
¿Por
qué decidiste asaltar mi intimidad?
¿Cómo
te deleitas en tu gozo de clandestinidad?
Nunca
te dije “si”.
Tú
decidiste por mí.
Instantes
de eternidad,.
mi
mente se aísla de mi realidad,
usurpador
denigrante.
No fui
inmune a tu inmundicia
coleccionadora
de abusos.
Te
exhorté que no.
Desapareciste
mis prendas
con tu
rabia deseosa de carne fresca
solo
importaste tú, maléfica vileza.
Sentí
cómo machucabas mis senos
como
naranjas exprimidas
destinadas
para el goce de un
refrescante
zumo.
Pero
no me bebiste, me devoraste.
Tus
garras transgresoras
de
todas mis opciones,
la
inútil fuga de las mías
que
rastrean inexistente evasiva.
Tu
ostentosa masculinidad
dañando
mi integridad
desvaneciste
mi voluntad.
Te
dije “no”, accediste sin mas.
Fui el
recipiente de tu asqueroso bienestar,
tus
jadeos batallaban
como
olas de mar encolerizadas
con
mis agonizantes quejas.
Los
relámpagos de tu orgasmo
eclipsaban
con el sol de mi ilusión
Decidiste
ser tormento.
Decidiste
apagarme.
Decidiste
anularme.
Decidiste
violarme.
¿Dónde
quedo yo?
¿Dónde
me veo yo?
En el
reflejo de la que sigue.
En la
maldición de la verdad.
En el
silencio de tu crueldad.
Te
dije “no”, dictaminaste un “sí”.
Fuiste
esa risa equivocada
que con
su aire prófugo
apagó
mi resplandeciente llama.
Mi
libertad se desteñía
como
aquella chica que lucía
un
vestido de novia color gris.
Extinguiste
las luciérnagas
que
iluminaban mi laguna.
Contaminaste
mi pureza
con el
destilar de tu piel repugnante.
Se alzó
una voz.
¿Qué
ves cuando nos miras?
Ya no
sigue ninguna otra
muchas
manos trazan un camino
sin
atajos, con palas y sanjas.
Recogimos
nuestras lágrimas
a la
vez que la integridad de una dama.
¿El
que nada tuvo nada extraña?
¿Tu
disparo dura más que mis heridas
si al
cambiar de piel mi cicatriz
aún me
grita por ti?
Miranos,
ahora, de frente.
Nos
ofrecemos manos
de
regadera entre nosotras
florecemos
y germinaremos.
Juntas
volveremos a probar
el
sabor de la vida.
Mirate
en tu vacía desgracia,
mirame
en mi fortaleza
de
altavoz de la silenciada.
¿Te
Ves? ¿Me ves? ¿Nos ves?
Mira,
mira cómo nos ponemos.
C.T.
Francisco Robles
Francisco “Pancho” Robles, nació en Santiago de Chile. Vivió tres años en Ciudad de México, donde realizó estudios de posgrado y desde hace siete vive en Estados Unidos. En este país vivió en ciudades como Princeton, Hamilton (New York), y desde hace casi tres años en Seattle.
Nos contó que durante este periplo por estas ciudades, donde se formó en Letras y donde trabajó de profesor, había abandonado la poesía. Pero por suerte, ya desde hace un tiempo, ha vuelto a escribir de nuevo sus versos.
Pacífico
Este es el mar
el que conoció tu padre
cuando soñaba con un mundo sumergido
tras el cielo de plata y la bruma
Este mar que me llevó y me trajo
entre sus encajes cargados de arena y aire
Aquí nací
sobre esta tierra
espina de dolor
Aquí tallé mis pies que se fueron
para encontrarte en tierra de lluvia
Pero este mismo mar nos puso a amar
el alma de las cosas que has descubierto
en tus primeras tardes de sol
Cosas que se aman y se tocan y se huelen
como ese pino alto y seco
de nuestro jardín en otoño.
F.R.
¿Qué tormenta elegir?
dos aguas quebradas del cielo,
la vida por los ojos
o por la piel:
¿el granizo tendido en la arena ardiente
o el ardor consumiéndose en la furia cerrada?
¿La letra de árbol o la vestidura
sufriendo su sentido o un solo paso
sin camino o con montes
o rodeado de férulas de hierro
bordeando las sombras o las mañanas?
Mañana cuando despierten
la mano o la boca
sentirá profundo abrirse el esternón
y una costilla olvidará que fue despierta y rama
de una hoja de carne atravesando otra carne.
F.R.
Alicia Cuello
Alicia Cuello, nació en Cerro Largo. Es profesora y actriz.
A continuación publicamos algunos poemas de la serie "Gerundiando".
GERUNDIANDO
Me detecta con sus antenas de bichoprestoico
Plomas caen sus patas en el barro
sepultando
Salpicando
argumentos de adaptación.
Del otro lado,
la piedad distraída
Calculando,
Valorando.
Temible la noche
La noche
terrible la noche
Lo anima hacia mí
Desciende su gloria posmoderna
En mi jaula de martirios
Su olor empantana mi memoria
Mis ojos se conmueven con los suyos
Ya nadie salvará mi corazón
...
Un coro de misteriosos trinos (trinitandotrinitando)
Anidaba en mis líricas membranas (anidandoanidando)
la noche azul hada llegó
con un espejo en la mano
centinela del encanto
y el suspiro.
...
Los bichos se convulsionaban contra el vidrio
Pálidos, trágicos y purpúreos,
Se precipitaban sobre las espinas
ciegos, intrépidos, vulcanos
salían a la caza.
trinitando, imitando, seduciendo.
...
Un coro de misteriosos trinos
anidaba en mis liricas membranas
hilando iban los himnos
vigorosos cantos del mañana
A.C.
Ronald Augusto
Ronald Augusto es poeta, músico, letrista y ensayista. Vive en Porto Alegre, Brasil.
Las principales temáticas presentes en su repertorio refieren a la poesía contemporánea y a la vertiente negra en la literatura brasileña.
Actualmente Ronald Augusto realiza talleres y cursos abordando asuntos como música, poéticas contemporáneas, literatura negra y poesía visual.
Entre 2007 e 2012, junto al poeta Ronaldo Machado, llevó adelante la Editorial Éblis, especializada en poesía. De 2009 a 2013 fue editor asociado a la página Web www.sibila.com.br.
Tiene colaboraciones (reseñas y artículos de cultura y arte) en los cuadernos Cultura del Diario Catarinense y del diario Zero Hora. Publicó, entre otros libros, Homem ao Rubro (1983), Puya (1987), Kânhamo (1987), Vá de Valha (1992), Confissões Aplicadas (2004), No Assoalho Duro (2007), Cair de Costas (2012), Oliveira Silveira: poesia reunida (2012), Decupagens Assim (2012), Empresto do Visitante (2013) y Nem raro nem claro (2015).
Su último libro es À Ipâsia que o espera (2016; Editora Ogum´s Toques Negros).
Puedes saber más de Ronald Augusto visitando sus blogs:
Ver a Ronald Augusto leyendo el poema À Ipásia que o espera...
senesco sed amo
desembainho-me a contragosto
de um sono confuso e
afogueado
bêbado de dionísia
acordó na alvorada desconstelada
de porto
alegre
Mas esas
tenras (e de agora
em diante) sempi-
ternas
marcas de sagitas
da áurea centaura (minha
pequena polonese
cujas abas do nariz fibrilam)
dona desses rasgos que latejam no caroço
do meu peito
e num chamamento à boca pequeña
chamejam do castanho ao negro
semas cismas sulcos miscíveis
para uma leitura a quatro
mãos
R.A.
senesco sed amo
me desenvaino a regañadientes
de un sueño confuso y
afiebrado
ebrio de dionisia
me levanto en la alborada desconstelada
de porto
alegre
mas esas
tiernas (y de ahora
en adelante) sempi-
ternas
marcas de sagitas
de áurea centaura (mi
pequeña polaca
cuyos vellos de la nariz fibrilan)
dueña de esos rasgos que laten en el carozo
de mi pecho
y en un llamamiento a la boca pequeña
llamean del castaño al negro
semanas cismas surcos mezclables
para una lectura a cuatro
manos
R.A.
Traducción: D.V.
María Laura Blanco
María Laura Blanco nació en la Villa del Cerro, Montevideo, Uruguay. Es Licenciada en Trabajo Social y tiene dos hijos.
En 2013 fueron publicados algunos de sus poemas en el libro Cualquiercosario, Editorial Yaugurú; El Imperdible de Zaragoza. Recopilación de poemas, cuentos largos, ilustraciones y fotografía de artistas españoles y uruguayos; Varios autores.
En julio de 2013, Julieta Car Tonera de Toulouse editó La piedra mordida - La Pierre mordue, edición bilingüe.
Poetas emergentes 2014; editorial Cartonerita NiñaBonita; Zaragoza.
Poesía de hoy y siempre; Antología; Eloísa Cartonera, 2014.
Revista Conchinchina Nº 1, Abril 2014.
Rapsodia-Ensamble de voces-Obertura; Edición Especial Aniversario; Ediciones El Mono Armado, 2015.
Cualquiercosario. Yaugurú.
Cuerpo, palabra, creación; Antología de poetas uruguayas; Editorial Encuentros; 2018.
Entre o samba e o tango. Antología. Ediciones Museo Nacional da Poesía, MUNAP - Brasil, 2018.
También publica asiduamente en revistas virtuales, blogs, fanzines y semanarios.
Coordinó ciclos literarios en Montevideo. Lee poesía en ciclos uruguayos, argentinos y chilenos, así como en escuelas, refugios para personas en situación de calle, liceos, facultades y en aquellos lugares dónde sea invitada.
Durante cinco años participó del Taller de escritura Narrares, conformado por ex-alumnos de Mario Levrero.
Ha realizado talleres de sensibilización para la escritura en situaciones de contexto de encierro, como ser cárceles y refugios para mujeres víctimas de violencia de género.
Considera que cocinar para los otros es un acto creativo y amoroso.
Es peligroso el vuelo del pájaro
enfrentado al viento marino
resistir el llamado del agua
plateada, embravecida
las presas se asoman
seducen en mil lenguas
despliega las alas
hasta que comprende
la inutilidad del esfuerzo
una mujer observa
desde el médano
no se sabe si al pájaro
o a una pobre barcaza
hay un grupo de rocas
vestidas por las algas
resisten el golpe del agua
ofrecen un cobijo
pero el pájaro se empecina
la barcaza se hamaca
con las olas que la engañan
se rinde el albedrío
el sol ahora en su esplendor
provoca ceguera
aún estando afuera del agua
acecha la incertidumbre
la mujer se mueve inquieta
puede ver con los ojos del pájaro
siente el peso de los remos
se cree ella también a la deriva
y elige.
Mlb
He quemado estoraque
mirra, incienso, canela
romero y alhucema
almizcle y laurel
soy sahumadora.
Ungidas las velas
con aceite de sándalo
me arrodillé a rezar
durante siete días.
Las imágenes de la cripta
venían una y otra vez
el horror del hierro
clavándose en la carne
la fatalidad de estar.
Durante las noches
ardí en fiebre
dije palabras nuevas
inventos del delirio.
Arrancada la ropa
los estigmas asoman
perfumados de rosas.
El sahumador es una nave
viajan las oraciones
al universo con sus humos
de esencias en armonía.
El copal sanará los maleficios
recomenzará a girar la rueda
al son de cantos primitivos.
De toda aquella hecatombe
no quedará vestigio
ni memoria
efemerópteros vulgares
sin tumba, sin honores
cenizas esparcidas
hasta el rescate del fuego.
Mlb
En El taller de Jar se encuentra el índice de las notas publicadas en El País Cultural.
Gracias por leer.